Digo
que podría vivir sin la cámara. Digo que no me la merezco, digo que tengo miedo
de tenerla; pero todo lo que digo pierde importancia en el momento en que veo
una cámara, en momento en el que veo a alguien sacando fotos, usando esa cámara,
disfrutando de esa cosa tan especial que te produce estar detrás de esa cámara,
sentir que dejas un mensaje, expresar tu punto de vista.
Toda
palabra y pensamiento pierde algún sentido cuando veo una cámara.