26 de octubre de 2013

La escuela

El jardín se paso volando y cuando me quise dar cuenta, ya estaba empezando la escuela. Cambiar del pintor al uniforme, de los juegos y el arenero, a la tarea y el salón, creo que fue más fácil que el cambio de compañeros. Aunque la institución seguía siendo la misma, al pasar a la escuela nos dividieron y muchos de mis compañeros quedaron en otro curso, incluyendo a las que hasta ese entonces eran mis mejores amigas.
Otro de los cambios del jardín a la escuela era el cambio de ‘bolsita’ a mochila y todo lo que venia adentro y mi obsesión con Winnie Pooh era notable, ya que tenía mochila, cuadernos y hasta lápices con la figura del conocido oso.

La escuela no fue el único cambio que tuve, ya que en ese mismo año, con mama nos mudamos a la casa de mi abuela, que es donde actualmente estamos viviendo. Para variar, no nos alejamos del barrio, debido a que la casa de mi abuela quedaba a dos cuadras de la casa de mama y papa habían comprado años atrás. Y así nos fuimos para otra casa, dejando la cocina chiquita, el ventanal y la repisa del rincón atrás.